1. Proceso de pretratamiento: Tras el procesamiento, quedan restos de aceite de laminación y otros contaminantes en la superficie de las chapas de acero laminadas en frío. Estos se eliminan pasando la chapa cargada eléctricamente por una solución alcalina que induce una reacción electroquímica.
2. Recocido: Las propiedades del material de la chapa de acero pretratada se pueden alterar y mejorar mediante la recristalización durante el proceso de recocido.
3. Galvanizado por inmersión en caliente: Tras pasar por el horno de recocido, las láminas de acero se sumergen en un crisol de zinc donde se recubre la superficie con zinc fundido. El espesor de recubrimiento deseado se consigue eliminando el exceso de zinc antes de la solidificación con aire a alta presión mediante una cuchilla de aire.
4. Galvanizado: La superficie de una chapa de acero, después de la cuchilla de aire, puede recubrirse con un compuesto de zinc antes de recalentarla en un proceso de recocido. Los átomos de Zn se difunden en el Fe para crear una aleación de la serie Zn-Fe.
5. SPM y tratamiento químico: Para lograr una superficie plana y un acabado elegante, la chapa de acero se procesa con un laminador de paso superficial. Para evitar la oxidación blanca, que suele formarse en la superficie del zinc activado, y mejorar la resistencia a la corrosión, la superficie se recubre con una resina sin cromo.
6. Inspección y bobinado: Para lograr una superficie plana y un acabado elegante, la chapa de acero se procesa con un laminador de paso superficial. Para evitar la oxidación blanca, que suele formarse en la superficie del zinc activado, y mejorar la resistencia a la corrosión, la superficie se recubre con una resina sin cromo.